Cómo Conservar una Pared de Ladrillos
Los muros de ladrillo en el interior de una vivienda es una opción que está muy de moda, da calidez al hogar al mismo tiempo que con sus excelentes prestaciones acústicas y su resistencia al fuego hace que su elección sea mayoritaria.
Por todos es conocido que las paredes de ladrillos son extremadamente duraderas y resistentes, aunque si estas no están ejecutadas con un buen ladrillo de calidad, un buen mortero y una buena ejecución nos llevarían a tener que realizar un mantenimiento para conservarla.
Aquí os dejamos unos consejos de cómo restaurar muros de ladrillos:
Para que la restauración de una pared de ladrillos quede perfecta, hay que comenzar por quitar toda la pintura o la suciedad que pueda tener. Tanto el polvo como la contaminación son unos por los motivos que esta se deteriora con el tiempo, pierde su brillo y aparecen manchas.
Una manera de limpiar el muro es frotando fuerte con una esponja húmeda y cristales de sosa, también se puede limpiar con vapor.
Para las manchas se puede utilizar ácido clorhídrico con agua, siempre protegiendo los ojos con gafas e imprescindible utilizar guantes. Otra fórmula menos agresiva es usando un cepillo y una mezcla de bicarbonato sódico y agua caliente restregando con un cepillo.
Si las juntas se encuentran en mal estado inevitablemente hay que rehacerlas, para ello conviene retirar las juntas dañadas con un martillo y un buril, con mucho cuidado de no dañar el ladrillo. Después utilizar un cepillo metálico para el acabado y retirar el polvo con ayuda de un pincel. Para rehacer las juntas del muro, debes rellenar los espacios vacíos con ayuda de un mortero confeccionado con ocho partes de arena, dos partes de cal grasa y cemento.
Una vez solucionado el mal estado de las juntas hay que proceder con la protección del muro, una solución muy eficaz es usar aceite de lino, el cual mezclado con aguarrás y aplicándolo con una brocha consigue mantener el aspecto original del ladrillo.