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Cómo Prevenir las Patologías con un Adecuado Mantenimiento

Dice un buen adagio: “Es mejor prevenir que lamentar”, y para que la recuperación de la patología constructiva de un edificio de material cerámico puedan perdurar, es necesario planificar una propuesta adecuada de mantenimiento.

 

Es indispensable que se consideren todos los elementos restaurados, para así darle mayor vitalidad a la obra arquitectónica.

 

En las obras inmobiliarias de construcción con de ladrillos, los planes de sostenimiento están vinculados con todas las etapas patológicas desde su descubrimiento hasta la eliminación. Es por ello, que para garantizar el éxito de todo proyecto de mantenimiento se establecerán actividades para aumentar su eficacia en el tiempo.

 

Rutinas y Planes de Mantenimiento

Observaciones permanentes de los elementos afectados y restaurados: La intención es prevenir la probabilidad de nuevos padecimientos y garantizar la solidez del material cerámico en fachadas, paredes o muros.

 

Renovación continúa del material de acabado: Este proceso depende del tipo de material, grado de exposición y el entorno donde se encuentra.

 

Saneamiento periódico de la superficie y elementos drenantes: Es necesario la limpieza frecuente de la superficie del monumento. A fin de evitar patologías originadas por suciedades. Las obstrucciones en los conductos y tuberías suelen ocurrir por la acumulación de la mugre, provocando roturas que se convierte en filtraciones.

 

Las acciones de vigilancia de los materiales constructivos buscan conocer en qué estado se encuentran y establecer fichas con las medidas de fortalecimiento de los mismos.

 

En este sentido, hay que revisar las estructuras de la construcción y sus elementos, para establecer la frecuencia de las supervisiones. Entre las estructuras más resaltantes se encuentran: Cimentaciones, contenciones, muros de carga, pilastras, arcos y bóvedas, pilares y vigas, forjados y lozas, estructuras trianguladas y membradas tensadas.

 

Cimentaciones: En cuanto a las bases de la edificación se debe cerciorar que no tenga roturas causadas por elementos de los suelos, nivel freático, sulfataciones, entre otros. Este tipo de estructura fue utilizado con ladrillos de arcilla cocida ampliamente en las edificaciones estilo antiguas.

 

Contenciones: En lo que se refiere a las estructuras de contención, se aplican las recomendaciones similares a las cimentaciones, con la diferencia que se deben revisar arqueos y derrumbes en las paredes o muros de ladrillos. En las obras de ladrillos de arcilla, se reforzarán las juntas de dilatación, y se efectuará la limpieza y resguardo. También se comprobarán las condiciones de las albardillas, revocos, chapados, etc)

 

Muros de Carga, Pilastras, Arcos y Bóvedas: En las construcciones con ladrillos de arcilla se exploran los aspectos mecánicos de la obra, observando deformaciones resultado de las cargas, temperatura, meteorología, entre otros. En todos los casos, hay que efectuar reposición de ser necesarios.

 

Pilares y Vigas: Estas estructuras se les revisa su integridad mecánica mediante el examen ante eventuales alteraciones (fisuras o grietas). En el caso de existir estructuras metálicas, hay revisar la protección contra el óxido. En cuanto a las estructuras de madera, la verificación está orientada hace el descarte de organismos que puedan afectarla.

 

Forjados y Losas: Con respeto a este tipo de estructura hay constatar posible deformaciones en el área del vano central y áreas de apoyo.

 

Estructuras Trianguladas: La solidez mecánica de las estructuras se evalúan linealmente y sus conexiones.

 

Membranas Tensadas: Se revisará con cierta regularidad los soportes de tensión y especialmente sus conexiones.

 

Mantenimiento de Fachadas en Zócalos, Balcones y Terrazas

En este apartado, se hace hincapié en el conjunto de acciones para certificar las capacidades funcionales de los elementos estructurales de los edificios. Se toman en consideración las acciones internas y externas que pueden influir, tales como: el fuego, aislamiento acústico y térmico, luz, textura y forma.

 

Fachadas: Dentro de las fachadas a su vez existen varios elementos: zócalos, paño ciego, ventanas, acristalamientos, protecciones, balcones y terrazas, etc.

 

Zócalo: Si están construidos con elementos cerámicos, se exploran cada dos años, y si hubo reparación con silicona, cada diez años. Del mismo modo, conviene efectuar una limpieza cada 10 o 15 años.

 

Paño Ciego: Se visualizará la detección de probables lesiones físicas, mecánicas y químicas en los mismos lapsos que los zócalos y de ser necesarios realizar los correctivos necesarios.

 

Ventanas, Acristalamientos y Protecciones: Estos elementos hay que chequearlos bianual para descartar permeabilidades, erosiones químicas y físicas, corrosiones, enmohecimientos y organismos. Las juntas constructivas cada 5 años se verificarán y se sanearan las estructuras de acero en climas secos, mientras que en climas húmedos dos años.

 

Balcones y Terrazas: En forma general, los balcones o terrazas construidos con ladrillos de arcilla cocida, se verificarán el funcionamiento cada dos años para descartar alguna lesión y repararla. Otro aspecto a considerar, es que cada seis meses se chequeará el sistema de drenaje y con su respectiva limpieza.

 

Impostas y Molduras: Cada dos años observación y cada 5 años renovado de sellados elastómeros. Cada 5 años saneado y protección, limpieza de plataformas y rincones y cada dos en climas húmedos dos años saneado de pintura de elementos de acero.

 

Cubiertas: El mantenimiento para cubiertas planas, inclinadas y lucernarios debe ser bianual comprobando lesiones y reparándolas. De igual forma, cada 6 meses se debe realizar una limpieza general. Así mismo, cada diez años se realizaran comprobación de juntas de dilatación y eventuales refacciones.

 

Mantenimiento de Tabiquería y Acabados

 

Tabiques: En general, se observarán grietas y roturas, humedades accidentales o de condensación, así como deformaciones o resquebrajamientos.

 

Puertas: Semestralmente hay que aplicar lubricantes. Las pinturas se remozan cada dos años en establecimientos públicos y entre 5 a 10 años en privados, limpiando, reforzando y pintado cada dos años.

 

Suelos: En el aspecto de suelo, hay que evaluar los procesos erosivos,  humedades capilares, grietas, entre otras patologías

 

Paredes: En lo que se refiere a las paredes de ladrillos, bianualmente hay vigilar las humedades accidentales y de condensación, erosiones, roturas, derrumbes, etc.

 

Techos: Se revisarán aplicando los criterios similares a las inspecciones de tabiques y se tomará en cuenta humedades de filtración en el caso de áticos.

 

En resumen, el plan de mantenimiento apunta a todas las actividades de seguimiento, reforzamiento y limpieza del edificio rehabilitado, incluyendo materiales y elementos utilizados en las acciones de restauración. El propósito es aprovechar al máximo las bondades que ofrecen las edificaciones de ladrillos por su consistencia y belleza, alcanzando excelentes atributos térmicos, acústicos, entre otras.

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