Utilización del Ladrillo en la Época Medieval en Sevilla
Iglesia de Santa Catalina, con paramentos en ladrillo.
En la restauración de la iglesia de Santa Catalina se ha comenzado a dejar el ladrillo a la vista, un tema recurrente en la restauración de nuestro patrimonio histórico de origen medieval.
¿Cómo eran estos edificios en su origen? Todo apunta a que al principio, las fachadas de los edificios medievales se enfoscaban con mortero e incluso se coloreaban con diferentes tonos que con el paso del tiempo se redujeron al blanco por el efecto de la cal en períodos de pestes y epidemias.
Fachada de la Mezquita Aljama Almohade, hoy es la Catedral de Sevilla.
El ladrillo es un material que se utilizaba en Sevilla desde época romana.
El uso del ladrillo de forma artística sí que estuvo presente en la Sevilla medieval que luego tendrá su correspondiente herencia en el Renacimiento ‘Archivo de Indias’ y en el Barroco, pero este tipo de ladrillo nada tiene que ver con el que se utilizaba para construir paramentos y muros.
Cuando se restaura y se deja el material a la vista suele ser por decisión de obra, siempre en manos de arquitectos, que buscan la pureza del material por encima de todo.
Iglesia de San Marcos con paramentos de ladrillo a la vista.
Esta forma de entender el patrimonio proviene del siglo XIX y hunde sus raíces en Viollet le Duc, el arquitecto francés que puso de moda la reconstrucción en estilo dejando los edificios medievales franceses más medievales que cuando fueron construidos. En el siglo XIX, buscando esa pureza se picaron muros para recuperar una esencia que se creía perdida.
En los templos mudéjares brutalmente asaltados durante la República o la Guerra Civil vemos cómo tras sus reconstrucciones se ha dejado el ladrillo a la vista tanto en el exterior como en el interior, buscando una pureza gótica.
Cúpula de la capilla de la Aurora en la iglesia de Santa Marina.
En la iglesia de Santa Marina se conservan bóvedas de ladrillo de una espectacular belleza totalmente desprovistas de su decoración original.
Fachada principal del Alcázar de Pedro I.
En la portada principal del Alcázar de Pedro I, en el Patio de la Montería, se observan los dos tipos de ladrillos, precisamente en esta fachada vemos dos grandes tiras de ladrillo rojizo que simulan sostener el tejaroz de madera y que recaen en dos columnas de mármol. Este ladrillo, evidentemente, no estaba tapado, sino que se empleó para aportar color a la fachada. Las arquerías laterales.
Esta portada se construye en el siglo XIV, la misma época a la que pertenecen la mayoría de las iglesias mudéjares sevillanas que tuvieron que ser reconstruidas tras el terremoto de 1356.
Templete de la Cruz del Campo, donde se alterna el ladrillo con los muros enfoscados.
A finales del XIV data el Templete de la Cruz del Campo, que fue reconstruido un siglo después. En esta bella estructura medieval se recuperó, el revoco exterior dejando únicamente el ladrillo en los arcos apuntados. El hecho de que se conserve policromía en el interior revela la decoración original que tenían estas construcciones, aunque el paso del tiempo haya eliminado los enfoscados dejando el ladrillo a la vista.
Portada principal del Palacio de los Marqueses de La Algaba.
Otro ejemplo del uso del ladrillo como elemento decorativo se encuentra en la portada principal del palacio de los Marqueses de La Algaba. A pesar de la ruina del edificio y las reconstrucciones, se conserva muy bien esta portada donde piedra y ladrillo coexisten en un bello diálogo. El segundo cuerpo de la portada, con ese ladrillo rojizo, tan diferente del empleado en el resto de la fachada, muestra esa diferencia de materiales dependiendo de si el ladrillo quedaba a la vista o no.
Portada principal de la capilla de Santa María de Jesús.
La capilla de Santa María de Jesús que se encuentra en la Puerta de Jerez, durante años este edificio estuvo en ladrillo visto. Tras su última restauración se puede ver el templo en un estado bastante similar al que vieron los sevillanos de principios del siglo XVI cuando fue construido, enfoscado en gran parte, con una ventana gótica en piedra magnífica y una serie de elementos en ladrillo donde la bicromía juega un papel muy interesante.
